domingo, 16 de mayo de 2010

EL PURO NARCISO

Santa Señora, que podría escribir yo de Vos
si el arpa que llevo a cuesta
toca acurrucada en un rincón.

No es por temor ni por otras cosas
tan solo toca así,
le gusta poner el alma
y tocar con frenesí.

Pero siempre va oculta,
mirar de lejos le parece mejor
y seguro no encontraría
las notas para cantarte a Vos.

Y aunque ha estado entre las espinas
y la han dañado sin cesar
ella siente que ahora
está rodeada de flores de azahar.

Siente el perfume de tu grandeza,
la nobleza, en tu forma de ser
y todo en ti inspira belleza
aunque no te he llegado a conocer.

Pero hay veces que no se necesita
estar al lado para saber,
porque eres como esa llama pequeñita
que siempre termina por arder.

De Dios has sido la mano
tendida para proteger
a todo aquel hermano
necesitado del querer.

Y has llenado los corazones
con la grandeza de tu vida
“Narciso que guardas la pureza
y en lo alto siempre anidas”.

Señora, Madre Teresa,
no hay palabras con las que te pueda describir
porque tantas serían pocas
y no tendrían el valor de lo que quiero decir.


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